lunes, 4 de marzo de 2013

El pecado de ser mujer, por los siglos de los siglos, Amén...

El Papa Benedicto XVI ha abandonado su puesto. Es época de cambios en la Iglesia Católica y una oportunidad fantástica para hacer memoria de cómo desde la Iglesia se castiga a la mujer por el hecho de serlo. La Iglesia ha ejercido y ejerce una violencia institucional sin parangón hacia las mujeres desde los siglos, de los siglos, Amén... y parece que es algo tan asumido, que pasa inadvertido a los ojos de las y los cristianas y cristianos y del resto de indiduos. Solemos criticar a "otras religiones" y "otras culturas" por la falta de derechos que ejercen hacia las mujeres y el mantenimiento de prácticas consetudinarias que vulneran y atacan a las mujeres desde la discriminación. Pero la religión católica, papado a la cabeza, no está al margen... Independientemente de la negación de la capacidad de la mujer a decidir, la negación y condena del aborto, la planificación sexual (...) y la comedura de tarro que nos hace creer que todo lo que me implica gozo es pecado, son múltiples los ejercicios de humillación hacia las mujeres con los que nos bendice día a día el catolicismo y su estructura. 
 
Afortunadamente hay gente dispuesta a elevar la voz. La semana pasada, pudimos leer en El País un artículo de Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, que decía así:
 
"Durante estos años ha humillado a las mujeres –mayoría en la Iglesia católica-, a quienes ha seguido negando la voz y el voto, les ha cerrado las puertas de acceso al sacerdocio, les ha negado los derechos sexuales y reproductivos, les ha impedido asumir puestos de responsabilidad, les ha impuesto una moral sexual represiva, no les ha permitido entrar en el ámbito de lo sagrado, las ha declarado en rebeldía y amonestado severamente –como en el caso de las Religiosas Norteamericanas- por seguir la voz de la conciencia y comprometerse con los empobrecidos.
Las mujeres han sido utilizadas, en fin, como sirvientas. Así seguirá tratándolas en su retiro el papa emérito Benedicto XVI, que tendrá a cuatro religiosas a su entera disposición. ¡Final patriarcal para el papa y humillante para las mujeres!".

Basta ya de violencia gratuita en nombre de Dios, o de quien sea.

2 comentarios:

  1. Y basta ya de manipularlas para que, encima que son utilizadas, se las haga creer que es por su bien, por acercarlas a su sentido en la vida, que no es otro de servir a los demás hasta anularse y cuanto más se anulen, más “mujer, mujer” serán.

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  2. Y el Estado español subvencionando todavía la actividad de la Iglesia, cuyo ideario y actividades son contrarias a la letra de nuestra Constitución. Y como subvenciona a una, para no agraviar, acaba subvencionando a todas, es decir, sufragando el desprecio y la humillación por parte de cualquier religión. ¿Cómo se puede estar financiando a la vez un Plan de Igualdad y esto? Sólo desde el cinismo más abyecto o la esquizofrenia. O ambas cosas a la vez. Gobiernos sociópatas esquizoides.

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