martes, 13 de marzo de 2012

El corsé machista de la RAE



Uno de los últimos reductos impenetrables en relación con la igualdad ha resultado ser la Real Academia de la Lengua.

En los últimos años en nuestro país ha habido un Ministerio de Igualdad cuyo objetivo ha sido la equiparación entre hombres y mujeres, justificado en que la desigualdad existente aporta una gran injusticia a la sociedad, incluso retrasos en el desarrollo de los países. Lo saben los gobiernos inteligentes y los más avanzados, lo dice Naciones Unidas desde hace muchos años, y lo piden de todas las maneras posibles las propias mujeres.

Pues bien nuestra Real Academia de la Lengua sigue apretando de tal forma el corsé que actúa reprimiendo cualquier conato de avance en la búsqueda de un lenguaje igualitario al que sus normas ¿oficialmente? ocultan tras un genérico masculino la mitad de la humanidad.

Las profesiones que se ocupan de la lengua, filología o lingüística, que suelen ser de mujeres y hombres, en mayor cantidad las primeras, se horrorizan de ser tildadas de desinformadas por sesudos hombres sabios, de tal forma que siguen llamando a las mujeres presidentas, PRESIDENTES, y dicen que para eso está el artículo LA PRESIDENTE.

A las personas que no estamos en esos menesteres, nos suena realmente anacrónico porque lo coherente para la vista y el oído es LA PRESIDENTA, y esto por poner un ejemplo que nada tiene que ver con otro tipo de atroces denominaciones de la mujer a lo largo de las páginas del producto de la RAE que es el DRAE.

Esperemos que pronto, y gracias al debate que han levantado, se les caiga el velo que los tiene adormecidos en su selecto palacio.

2 comentarios:

  1. Si el lenguaje no fuera una construcción social y por lo tanto vivo como la vida misma, por poner un ejemplo, no se habrían aceptado vocablos de otras lenguas como los anglicismos, más bien estas aceptaciones fueron consideradas como enriquecimiento del lenguaje. Parece que la RAE no está dispuesta a convertir en norma ninguna de las recomendaciones que aparecen en las guías para visibilizar a la mujeres a través del lenguaje no sexista. Desde aquí nos gustaría que reflexionara sobre el déficit de la lengua española en esta materia y pensara en una buena reforma lingüística, su aplicación sería buena, razonable y bienvenida...

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  2. El lenguage es, efectivamente, una construcción social. Pero no existe lo que no se nombra. Son ellos, los hombres, los que han decidido el nombre de las cosas, de los hechos, de los sentimientos. Ellos los que dan o quitan valor a las palabras. No sólo es una cuestión de género, también de jerarquía, de significado.
    Faltan mujeres en la Real Academia. Y en otros organismos de decisión.

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